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Foto del escritorÓscar L. Estrada

La impresión, boletín No. 11 (16 a 31 de marzo)

La impresión, marzo 16-31, 2020. Los textos fueron escritos y/o traducidos por José Manuel Torres Funes. Manuel Torres Calderón participó en la sección Se retuvo y Cultura y pensamiento y estuvo a cargo de la sección Miradas transversales.

Contacto: boletinlaimpresion@gmail.com

 

La impresión Palabras del editor ¿Pesadilla del siglo XX?

EN EL ÚLTIMO NÚMERO DE LA IMPRESIÓN REPRODUJIMOS UNO DE LOS TITULARES DEL WASHINGTON POST, QUE DECÍA: "El Covid-19 es el Chérnobil de Trump". Fue hace 15 días. Hoy, con Estados Unidos convertido en el epicentro de la pandemia, los augurios del Post se vuelven más verosímiles. En la opinión pública, que ha sido el gran aliado del presidente estadounidense, empieza a instalarse la idea de que al gobierno no le importa la gente. Las declaraciones del vice-gobernador de Texas, Dan Patrick (69 años), que recomendó el "sacrificio" de los ancianos en nombre de las nuevas generaciones no son ambiguas y han creado malas sensaciones incluso entre las capas sociales más conservadoras. Si Patrick pudiera revertir el tiempo y rectificar, probablemente sus asesores le recomendarían que lo hiciera. Pero, ¿Patrick rectificaría o mantendría lo que dijo? Aquí hay una diferencia importante porque si estamos hablando de gobernantes convencidos de lo que dicen, nos estamos acercando a otro fenómeno. Durante esta crisis, la administración de Trump está mostrando su versión oscura (y probablemente más real). El presidente estadounidense tiene una convicción que va más allá del cálculo político. Como Patrick (por cierto, en nuestra opinión, creemos que no rectificaría), cree hasta las últimas consecuencias en el liberalismo económico, en el capitalismo, y, está dispuesto a matar en su defensa. Su idelogía entiende que para proteger el mercado, (dos trillones de dólares), los ancianos y personas en "zona de riesgo" son en este momento un enemigo, porque representan un costo que juzgan demasiado alto para el sistema. Si Trump, para afrontar esta "guerra sanitaria", puede lanzar en un abismo a quienes representan un "estorbo" a la economía de mercado, lo hará. Si puede mentir, también lo hará, por lo que será crucial el papel que juegue en este momento la prensa estadounidense. Otro punto a analizar es su poder federador y qué tanto lo pueden seguir su partido y los gobernadores de estado. Los últimos días ha parecido aflojar frente a la presión y los más de 100 mil casos detectados. Sin embargo, el rezago de Estados Unidos le cobrará una factura alta (pese a todos los negocios paralelos que van a aflorar) y la epidemia probablemente se prolongará más tiempo que en China. Las elecciones generales, si no se anulan (lo que también entra dentro de las probabilidades), serán en noviembre próximo, falta poco. El país lo juzgará por los últimos cuatro o cinco meses de gestión. La perspectiva de perder las elecciones alterará gradualmente al personaje, que buscará en estos momentos la incondicionalidad de los poderes que le han apoyado desde el principio. No estamos tan seguros que la fragilizada democracia estadounidense sea capaz de detener a un presidente cuyo principal interés es defender el capital de las grandes fortunas del país a toda costa.

Nos preguntamos: ¿corre el riesgo Estados Unidos de ingresar en una de las clásicas pesadillas del siglo XX? No olvidemos que todas las grandes guerras fueron precedidas por una debacle económica. Hay fuerzas más poderosas que los hombres que se piensan todopoderosos. Una de ellas es el fascismo, que transforma el civismo en violencia. Parece irreal a la distancia, pero la historia nos ha enseñado que el paso de un estado a otro es más simple de lo que imaginamos. Veremos qué contrapesos tiene Estados Unidos y si el mundo está a prueba de nuevas locuras o no (también hay que seguir de cerca a Brasil y México, donde, con tintes políticos diferentes, también gobiernan hombres que se creen mesías). Otro evento histórico al que remite esta crisis es la gestión de George Bush con el huracán Katrina. Recordemos cómo, en 2005, mientras Estados Unidos hacía la guerra en Irak, morían 2,000 personas en Mississippi y Louisiana a causa de un huracán, pero también de errores técnicos y gubernamentales. En su momento, Bush y su gobierno mostraron un desprecio a los pobres y a los negros, similar al que demuestra Trump a los ancianos y las personas vulnerables. Irak y Katrina, entre otras razones, condujeron a la gran crisis financiera de 2007-2008, donde el capitalismo sufrió su primer paro cardíaco en esta nueva era. Hasta donde hemos creído, el capitalismo se había repuesto... Quizá no fue así, y hace doce años, efectivamente, se murió. Y el Imperio estadounidense, al igual que la Unión Soviética, ya se derrumbó, y Trump, como su predecesor, están ahí para esconder el muerto... A toda costa.

Se retuvo

Muerte de Límonov El escritor ruso fue como un conejo que saltó de ideología en ideología, de vida en vida. Falleció de un cáncer en su domicilio de Moscú. Se le recuerda por su obra prolífica y por haber apoyado abiertamente a las milicias serbias durante la guerra de los balcanes.

Comenzar a entender la nueva crisis económica que se avecina En la víspera de la crisis económica de 2008, la deuda mundial era tres veces más grande que su propia economía. Decidieron que la mejor manera de reducirla era a a base de consumo y facilidades de préstamo. Efectivamente, la deuda se redujo, pero gran parte del dinero fue directamente al sistema financiero, bonos, y compañías invisibles. Actualmente, la deuda del sistema corporativo estadounidense es mayor que en 2008. Se maneja que las cifras rondan los 16 trillones de dólares, que atacan particularmente la industria del transporte y la salud. En la economía de los países industrializados cerca del 15% de los "deudores" son empresas que no generan beneficios. Ya sea porque son muy jóvenes o porque viven gracias a las deudas. Estos sectores son altamente dependientes del transporte, del petróleo y se ven directamente afectados con el confinamiento actual. Todo apunta que la respuesta del sistema será similar a la de 2008. En América Latina, la crisis de hace 12 años favoreció el crecimiento de los carteles de la droga, que tuvieron un beneplácito subrepticio para invertir en la economía formal sin demasiados obstáculos. El escenario actual es peor, a favor tenemos que, contrariamente a 2008, la ciudadanía puede anticipar mejor la situación.

La diferencia alemana En Alemania, según sus autoridades sanitarias, se practican 500 mil pruebas semanales contra el Covid-19, mientras en España e Italia, son entre 50 y 100 mil. Alemania, cuyos registros superan los 60 mil contagiados, tiene hasta la fecha (31 de marzo) menos de 700 muertos. Este país también dispondría el mayor número de camas en Europa, al grado que Francia envía parte de sus enfermos del Este del país (la zona más afectada) a los hospitales alemanes. La estrategia alemana, similar a la de Corea, ha consistido en identificar lo más tempranamente posible el virus y proceder al confinamiento de manera selectiva.

Tokio prolonga un año los Juegos Olímpicos Shinzo Abe, primer ministro japonés ha tenido que ceder a la presión mundial para prolongar de un año la inauguración de los Juegos Olímpicos. La manera en la que Japón trata la pandemia es un enigma para el mundo.

Bukele superestrella

El presidente salvadoreño es una “superestrella” en las redes sociales. Los videos en los que se dirige al pueblo salvadoreño y a sus empresarios (exigiéndoles un sacrificio) se comparten por miles (entre otros). A decir por lo que circula a través de las redes sociales en América Latina, Bukele sería uno de los presidentes más populares en América Latina. Si bien, la respuesta del sistema de salud de ese país todavía no se ha puesto verdaderamete a prueba, la impresión es que ha sabido mitigar la “infodemia” detrás del Covid-19. La impresión general es que el pueblo salvadoreño se siente menos inseguro que otros países de la región. Atrás han quedado las imágenes de su irrupción al Congreso acompañado de militares, o las críticas que lo acusan de fingir una eficacia que no tiene y de manipular de manera descarada la opinión pública.


América Latina frente a la pandemia Cuando al ministro de Defensa de Perú le preguntaron sobre el coronavirus dio un par de datos reveladores: en todo el país únicamente hay 350 camas en Unidades de Cuidados Intensivos y menos de 400 respiradores disponibles.

México dispone apenas de 1,4 camas de hospitales por cada mil habitantes. La tasa de informalidad laboral de América Latina en 2018 era del 53% y afectaba a unos 140 millones de trabajadores.


Palestina En Gaza el confinamiento impuesto en muchos países por el coronavirus es para ellos casi una ironía. Dos millones de personas viven en poco más de 380 Kilómetros cuadrados, nadie puede entrar ni salir si no es con un permiso especial que excepcionalmente se otorga por parte de Israel. En plena pandemia del coronavirus los niveles de contaminación en el mundo se reducen drásticamente.

Cultura y pensamiento Recomendaciones Literarias Por: Manuel Torres Calderón

EL DECAMERÓN, 600 AÑOS DESPUÉS. Giovanni Boccaccio, escrito entre 1351 y 1353. EL DECAMERÓN NO EXISTIRÍA SIN LA PESTE QUE ASOLÓ FLORENCIA Y EUROPA EN 1348, Y SIN LAS TRANSFORMACIONES QUE SE GESTABAN EN EL MUNDO. Boccaccio desde su confinamiento literario fue testigo de una época de cambios y, de un cambio de época que se perfilaba con fuerza, aunque tardaría un siglo en potenciarse. Eso vuelve su obra cumbre tan interesante, apasionante y pertinente de leer 600 años después, en estos tiempos de coronavirus. La prosa de Boccaccio tiene tantas narrativas de trasfondo que, de alguna manera, despista. ¿Es un libro erótico, tratado de historia social, antología de cuentos, literatura antropológica, manifiesto contra la iglesia, drama religioso-fantástico, diario de intimidades del medioevo, de aventuras? Un crítico italiano lo describe con acierto mágico como: “un bazar de cosas puestas todas juntas”. ¿Época de cambios? Con numerosos pasajes de elevado contenido social, los cuentos y sus personajes reflejan un escenario rural-campesino estancado en la miseria y sumido en mitos religiosos que lo hacen víctima de múltiples engaños y abusos, y uno urbano-burgués que abre paso a otros valores y prácticas mercantiles en ascenso. Sin embargo, la obra no pinta esa diferencia como antagónica; la hace coexistir, pero perfila el choque por venir: dogma versus ciencia. ¿Cambio de época? En ese tiempo, señala un literato, toda Europa, pero Italia especialmente, vivía con la sensación que el modelo cristiano del mundo se encontraba al borde del colapso. La influencia de la iglesia languidecía. El islam ganaba terreno a la vez que la corrupción y el nepotismo se instalaban en la Santa Sede. La curia estaba más que nerviosa por su futuro. ¿Qué estaba por venir? En 1492 se “descubre” América, expedición colonizadora de varios siglos en la que la iglesia recobró poder global. Sin embargo, a contrapelo, la ciencia “coloniza” a su manera el conocimiento y hace trizas los mitos fundacionales de aquella ideología absolutista. Copérnico prueba que la Tierra giraba alrededor del Sol y no al revés, y un clérigo perteneciente a la Orden de los Agostinos, llamado Martín Lutero, protagoniza la Reforma que fractura en dos al poderoso catolicismo. Boccaccio lo testimonia con la poderosa arma de la literatura. Riqueza, sexo, engaño, estafa, ingenuidad, pasión... Se revelan en los cuentos que los relatores, siete mujeres y tres hombres, comparten en diez jornadas para distraer su confinamiento obligado por la peste. Narraciones profanas, vivaces, escritas con maestría y visualmente poderosos. La elección del Decamerón como uno de los libros de compañía para estos días no tiene desperdicio alguno. Está disponible gratis en la web, incluso en formato de audio libro. Sin duda, si Boccaccio (1313-1375) resucitara, Netflix le hubiese ofrecido una fortuna para que le escribiera guiones.

Miradas transversales

Por Manuel Torres Calderón


La proporción de personas mayores está aumentando rápidamente en todo el mundo. Según se calcula, entre 2015 y 2050 dicha proporción casi se duplicará, pasando de 12 a 22%. En números absolutos, el aumento previsto es de 900 millones a 2.000 millones de personas mayores de 60 años. (OMS). La tasa de mortalidad por edades del Covid-19 es de 1,3 % entre 50-59 años; 36% entre 60 - 69 años; 8% entre 70-79 años; y 14,8% en 80 o más años. La epidemia provocada por el nuevo coronavirus golpea duramente en las residencias de ancianos en varios países europeos, entre ellos Francia y España. "No tenemos nada, las autoridades no nos han dado nada: ni mascarillas, ni guantes de nitrilo, ni bastas, ni test rápidos... Nada. Nos llaman a diario inspectores, pero la realidad es que el gobierno se ha olvidado de los ancianos, los tiene totalmente abandonados. Culpan a las residencias, pero, ¿dónde están las autoridades?", se lamenta Alicia Szurek, directora de la residencia de ancianos Concesol, en Madrid.

Entre útiles y desechables Es temprano, leí que no conviene dormir tanto; otros opinan lo contrario, bueno, tengo un reloj biológico encargado de abrir mis ojos, puntual quince antes de las cinco, más puntual que la luz del día, en esta época la claridad se hace esperar, preparo un café mientras me conecto a internet, con su calor en mano y el aroma en el aire observo que el mundo es más oscuro aún y que a esta lucha le llaman “guerra” y que muchos médicos, con batas de demiurgos, se ven obligados al papel de dioses, seleccionando entre las víctimas del coronavirus quienes seguirán el viaje y quiénes no.

Coronavirus en Italia 09/03/2020 Un médico terapista (del área de cuidados intensivos), conocidos en Italia como los "reanimadores", reveló desde Lombardía que “como en una guerra tenemos que decidir a quién salvar” porque faltan camas de terapia intensiva. Hasta ahora, vía la versión oficial, se creía que, en la Lombardía contaminada por la epidemia, el sistema hacía milagros y lograba darles un lecho y un respirador a todos los enfermos por el corona virus, que causa pulmonías letales. No es así, el reanimador Christian Salaroli, 48 años, en una entrevista confesó al periódico “Corriere della Sera” que todos los días tienen que elegir a quien salvar. Se decide por edad y por condiciones de salud. Como en todas las situaciones de guerra...Confesó que está abrumado, “no solo por el exceso de trabajo sino también por la carga emotiva, que es devastadora...No todos pueden ser entubados porque faltan camas en terapia intensiva para atender a los enfermos que llegan al nivel crítico”. No hay una regla escrita. Los médicos debemos establecer quién puede salvarse... La edad debe ser considerada antes de pronunciar de hecho una inevitable condena a muerte. Si es una persona entre 80 y 95 años .... “¿Qué hacemos? ¿Lo dejamos ir? Se que esta es una frase terrible, pero por desgracias es verdadera. No estamos en condiciones de intentar milagros.

Vicegobernador de Texas pide a adultos mayores sacrificarse para salvar la economía de EU AP. Austin / 24.03.2020 El vicegobernador de Texas dice que Estados Unidos debería regresar al trabajo ante la pandemia global del coronavirus Covid-19 y que las personas mayores de 70 años, que según los Centros de Control de Enfermedades son la población de mayor riesgo para el coronavirus, “sabrán cuidarse a sí mismas ... pero no sacrifiquemos al país...” El funcionario republicano, Dan Patrick, hizo estas declaraciones el lunes por la noche en el programa de Fox News Tucker Carlson Tonight. "A mí nadie me ha preguntado si, como ciudadano mayor, estoy dispuesto a jugarme mi supervivencia a cambio de mantener América tal y como es para nuestros hijos y nuestros nietos. Porque mi respuesta es que sí, que estoy dispuesto. Hay muchos abuelos que se sienten como yo y no quieren que se sacrifique el país", expresó. Patrick, un agitador de derechas y exconductor de programas de radio, fue elegido al cargo en 2014. Dirigió la campaña presidencial de Trump en Texas en 2016 y, como supervisor del Senado estatal, le ha impreso un giro a la derecha. Sometidos a su suerte, pensé. La orfandad social del viejo. La edad como fatalidad. Me sobrecojo recordando los trenes del holocausto, cuando el dedo nazi escogía entre los prisioneros que bajaban al andén quiénes irían a las cámaras de gas y quiénes no. Claro, si nos ponemos exactos no es aquel fascismo, sin embargo, hay un ADN de su misma deshumanización en este neoliberalismo que imponen políticas que orillan a tomar ese tipo de decisiones. Se podrá justificar de mil formas este gerontocidio, pero ¿Se puede decidir quién sí o quién no debe ser asistido en base a una “objetividad” documentada en estadísticas, en cálculos de productividad, en postulados cientificistas o ideológicos, en edad o en antecedentes clínicos? Ahora los viejos ¿y después? ¿Es esa la mentalidad que sobrevivirá a la pandemia? Vuelvo a mi taza... El café se enfrió y sabe más amargo que de costumbre. Por la ventana ya se filtra la luz. ¿Cuándo se entenderá que el calificativo “adulto mayor” es lenguaje discriminatorio?

“Era un jardín para ciegos...”

La cita del título es del Gatopardo, célebre novela de Lampedusa en la que un aristócrata italiano viendo la revolución republicana triunfante decide sumarse porque “si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. Algo de ambas frases encaja perfectamente en la situación actual del mundo. Puede ser que, en el escenario del coronavirus estemos paseando como ciegos en un jardín. El virus confirma la existencia de una profunda crisis económica, política, sanitaria, de vivienda, ecológica, de género, de legitimidad, de credibilidad, de institucionalidad, de ciudadanía y de esperanza, sin embargo, las soluciones que se proponen son para que cada quien las cumpla, especialmente aquella de “quédate en casa”, nada de soluciones a la responsabilidad que corresponde “fuera de casa” al neoliberalismo y a la corrupción que la agrava. Resulta que la carga de la solución recae sólo en la población, no en quién potencia la letalidad del virus. De paso, la prohibición para salir a las calles (sanitariamente correcta, igual que quedarse en casa) inhibe cualquier protesta o reclamo social. Para muchos gobiernos la crisis les ha caído de perlas para tratar de exprimirle el máximo provecho político. En Chile, Piñera retoma aire y pospone el plebiscito sobre la nueva Constitución; en Bolivia suspenden las elecciones, donde el partido de Evo era favorito; en Venezuela el gobierno pide ayuda financiera internacional, se la niegan y en su lugar EEUU ofrece recompensas por Maduro y sus principales colaboradores; en Brasil Bolsonaro arremete contra los gobiernos municipales y de estados opositores por no seguir sus políticas; en Honduras el gobierno aprueba fondos multimillonarios sin garantías de transparencia y limita garantías ciudadanas; en El Salvador Bukele se da un baño de popularidad que fortalece su autoritarismo; en Nicaragua Ortega Saavedra responde con ironía que la mejor prevención para los nicaragüenses inconformes es emigrar a Costa Rica; en Israel el acusado Netanyahu maniobra para ganar tiempo y evitar su defenestración... El enfoque del debate si se quiere volver de fondo, seguramente es otro. De hecho, todos tenemos obligación de revisar nuestra visión del mundo y del país en que nos toca vivir, de los valores que asumimos y compartimos, de nuestras demandas y sus prioridades. Eso incluye la vida dentro de la casa. En muchos hogares el confinamiento tiene sabor a encierro, no a colaboración recíproca. Es previsible el incremento de los casos de abuso contra mujeres y niños o el endurecimiento de los roles que cargan a la mujer con el mayor peso de las responsabilidades. Así como se requiere una mirada abarcativa sobre la sociedad, también debe existir sobre la familia. Revisar lo que se hace, lo que se cuestiona, lo que se propone, lo que comunicamos. ¿Qué dicen y proponen los políticos y líderes sociales? ¿Los medios con los cuales cuestionamos nuestra sociedad son los pertinentes para transformarla? ¿Debe la ciudadanía resignarse a ser sucursal política sin reflexionar al respecto? ¿Podemos seguir levantando falsas expectativas en comunidades que se hunden más y más en las injusticias de que son víctimas? En fin, son muchas cosas para someter a examen. ... Algo no está bien para que pase lo que pasa y peor aún, para que pueda repetirse.

Tiempo fuera Por José Manuel Torres Funes

UN IMPULSO SOCIAL Entre 2017 y 2019 trabajé como profesor de español en un colegio y liceo francés. En Francia, el aprendizaje de idiomas tiene un retraso con respecto a otras materias y en comparación con otros países europeos. El problema viene de arriba, las materias de lenguas extranjeras no son puntuadas de la misma manera y prácticamente se puede llegar a prescindir de ellas para obtener el diploma de bachillerato. Los estudiantes lo saben, así que no se toman en serio las clases. Al margen de si mi experiencia como maestro funcionó o no, tuve la oportunidad de acercarme a la juventud de una manera privilegiada. Los días sombríos me decía que a diferencia de los millones de jóvenes sacrificados en las trincheras de las dos guerras mundiales, a estos chicos los mataban detrás de sus teléfonos celulares, los Apple, los Samsung, los Huawei en lugar de las Browning, las Colt y las Mauser. Los programas de Español concebidos por el Ministerio de Educación son excelentes, pero apenas aplicables porque los jóvenes no conocen nada acerca de los contenidos. En los días buenos, asumía mi papel de profesor y recordaba a mi abuela materna (que trabajó alrededor de 50 años como profesora de matemáticas) y su misión pedagógica en la Honduras profunda de los años 40, 50, 60 o 70, donde servía a niñas y niños diezmados por la pobreza extrema y la incomunicación. En mi caso, traté con otros desafíos: el desprecio a la cultura, la negación de la realidad, la desesperanza. Al cabo de un año comprendí que las clases de Español eran lo de menos y que los estudiantes necesitaban escuchar mensajes para conectarse con el mundo real. La conexión fue muy difícil y la mayor parte del tiempo el salón de clase fue un limbo donde gradualmente desaparecíamos en la oscuridad. Reflexioné mucho esos dos años y llegué a una conclusión central: el poder inventa el futuro, o lo condiciona, en todo caso, lo considera su propiedad y ahí está el gran negocio. El poder está a un paso adelante de todos. Siempre. Prepara guerras. Entrena soldados antes de pasarlos por las armas. Entre otras cosas, su misión es vaciar el cerebro de todos los jóvenes (sin ninguna excepción) y llenarlo de basura. Nuestro papel es proteger nuestra cabeza y la de nuestros jóvenes, impidir que la estupidez los devore. Para ello, necesitamos algo más fuerte que nuestra propia voluntad individual. Lo vi en la escuela, el ingenio, la implicación, el esfuerzo ayudan pero no bastan. Debe haber un impulso social. En Marsella, como en otras ciudades del mundo, a las ocho de la noche, la ciudad aplaude a sus hospitales, a los empleados de los mercaditos y supermercados, a las farmacias, a todos los que permiten que la sociedad, pese a este ruptura, siga funcionando. El otro día, mi hija de casi cuatro años exclamó: "¡yo le aplaudo a mi maestra!" Algo así, no se lo pudimos haber inculcado los padres. Son los aplausos de un mundo que redescubre en una situación de emergencia que sin los demás somos menos que un virus.

Se dijo estos días "Miles de estadounidenses están muriendo pero al presidente Trump le interesan más sus ratings de popularidad . Somos el país líder del negacionismo científico. ¿Quién está detrás de este negacionismo Republicano? Una mezcla de intereses y líderes evangélicos como Jerry Farwell Jr. Si la tendencia se mantiene como tal, la mitad de Estados Unidos estará contagiada... El empoderamiento de la derecha dura ha convertido a este país en la tierra de la negación y la muerte."

Paul Krugman, premio Nobel de Economía.

 

La impresión, marzo 16-31, 2020. Los textos fueron escritos y/o traducidos por José Manuel Torres Funes. Manuel Torres Calderón participó en la sección Se retuvo y Cultura y pensamiento y estuvo a cargo de la sección Miradas transversales.

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